Octubre.

El único mes del año que escribo en mayúsculas es Octubre, porque hay hojas amarillas en el suelo y algunos días no hace sol. Porque me tengo que tapar con el edredón y así se echa de menos mejor.
Octubre es cuando puedes sujetar una taza de té con canela entre las manos y que estas sigan frías.
Enero y febrero son frío, marzo es lluvia, abril son flores. Mayo es un vestido de margaritas, junio es el primer helado, julio y agosto son ver amanecer en la playa. Septiembre son cuadernos nuevos, noviembre es un bizcocho de manzana y diciembre son luces de navidad. Pero Octubre... Octubre es tu libro favorito, que te calienten los pies entre las sábanas. Octubre es pintarte los labios de rojo y salir a la calle cuando llueve porque quieres mojarte. Es un poco como cruzar en rojo dado de la mano de alguien, como entrar en el cine cuando ya han apagado las luces y que todo el mundo te mire. Y que te dé igual.
Octubre es reconocer que ha terminado el verano y no llorar por ello; son las ganas de empezar, es un cuadro de tu pintor favorito en un museo en una ciudad extranjera, es esa canción en la radio justo cuando arrancas el coche.
Octubre es todo. Pero, además, porque, como dijo Santi, "me llaman Octubre desde que sólo hablo de ti".