proverbio arabe

28 de noviembre de 2014

Jueves 27 de noviembre de 2014.

Tenía tantísimo frío que tuve que meterme en la ducha con agua hirviendo. Los cristales empezaron a empañarse y vi dibujos que habías hecho, quizá pensando que no aguantarían hasta el próximo baño, que yo no los vería. Eran dibujos banales (casitas dibujadas sin levantar el dedo; caras sonrientes), pero no por ello dejaron de hacerme sonreír.
Decidí contestarte, recordándome la situación más a uno de los cuentos de Cortázar que había leído hacía poco que a una película de amor de fin de semana por la tarde. 
Empecé por otra sonrisa al lado de la tuya; seguida de un dibujo de nosotros dos (sabes que nunca supe dibujar, y un cuerpo como el tuyo era para mí un reto inalcanzable, espero no te moleste) con un corazón en el centro entrelazado por nuestros nombres. Antes de cerrar el grifo y dar mi obra por zanjada, concluí con un "te quiero" pequeño, pero que supuse que encontrarías (si aún no lo has visto, está debajo de la única casita que conseguiste dibujar completa). 

Al liarme en la toalla, con el pelo chorreándome los hombros, recordé la vez en la que me dijiste que me querías y sentí que no podías mentirme, que esa mirada de náufrago no podía mentirme.
Te recordé entre sábanas blancas y ambiente estéril, los ojos inyectados en dolor y tu espalda arqueada de forma involuntaria. Recordé cómo te acariciaba el pelo mientras te susurraba que todo saldría bien, que pronto dejaría de doler y que te quería hasta que te calmaste. (Y es que te quiero, te quiero como jamás querré a nadie. A nadie, que lo sepas.) 

Tus labios agrietados, tus casi convulsiones. 
Tus dedos agarrotados, tu sudor frío en tu cuerpo caliente. 
Tu "yo también te quiero", seguido de un "mucho, de verdad". 

Volví a mirar el cristal empañado en el que ya no podían leerse los mensajes y comprendí que ese fue el día en el que entendí lo que significa querer a alguien de verdad, cuál es el sentido de la responsabilidad. 

Y es que ese día me di cuenta de que, por muchas personas que pasen por mi vida, por muchos amores que puedan venir, ninguno superará cómo te miro cuando te quedas dormido sobre mi cama mientras yo finjo que estudio.

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