Tú intentando tranquilizarme con un "no te preocupes, no duele" aunque te estabas muriendo y era yo la que pedía socorro por mí misma.
Tú suspirando por última vez y yo mientras buscando una botella en la que meter mi nota suicida que jamás leería alguien.
Tú en aquel agua brava, agarrado a una simple tabla de madera, tratando de sobrevivir a un naufragio y, en cambio, era yo, desde la orilla, la que se ahogaba.
Y cómo te explico que es el nudo en la garganta, las ganas de llorar contenidas, las que de verdad impiden respirar y no el agua salada colapsando tus pulmones.
Ese "muérete ya, que yo me pueda matar tranquila."
Y que me muero, por fin.
Y que nadie me salve, por favor.
"Primavera ven y cúrame el invierno."
No hay comentarios:
Publicar un comentario