Apareció con su sonrisa marchita y, sin conocerme, me dijo: "son tus ojeras las más bonitas que he visto en la vida".
No sé si tan bonitas como entonces, pero mis ojeras ahora llevan el nombre que nunca me dijo.
Y que ya no sé cuántas entradas en borradores desde su no presentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario