Desde
luego que me quedo con lo de: "Política: Cortesía y buen modo de portarse".
Me
alegro de que haya más personas que sean capaces de decir:" no me siento
orgullosa de mi país".
Triste
que tengan hoy en día más credibilidad los periodistas (que al fin y al cabo
tienen más motivos para mentir, porque se ganan la vida de sacar noticias
precisamente) que los políticos, esas personas "que representan nuestra
voluntad".
Hoy mismo hablaba con unos amigos que los médicos, que salvan vidas, los bomberos, que salvan vidas, los policías (aunque desde que entró este maravilloso partido POPULAR, podemos dejarlos, sin generalizar igualmente, aparte), que salvan vidas, cobren lo que cobran, mientras que los políticos (que, me atrevo a decir desde los últimos recortes en sanidad y ayudas sociales) las quitan, cobren eso y, además, sean capaces de aceptar sobresueldos y demás medios de corrupción (para, total, jugar al Apalabrados en sus horas de trabajo).
También es triste que a nuestra carrera venga una "prestigiosa cirujana" de cirugía estética y reparadora, para convencernos de lo maravillosa que es la sanidad privada: es que claro, cuando tú eres la responsable de tu clínica, quieres esforzarte al máximo para dar lo mejor de ti a tus pacientes. Demasiadas veces nos insistió en: son mis pacientes, no mis clientes (ya sabemos que quien mucho reitera en algo, ni él se lo cree). Ese día salí de clases indignada porque me había dado cuenta de algo que hasta antes no había querido pensar: médicos que trabajen por el dinero, no por la satisfacción de salvar a una persona.
Hoy mismo hablaba con unos amigos que los médicos, que salvan vidas, los bomberos, que salvan vidas, los policías (aunque desde que entró este maravilloso partido POPULAR, podemos dejarlos, sin generalizar igualmente, aparte), que salvan vidas, cobren lo que cobran, mientras que los políticos (que, me atrevo a decir desde los últimos recortes en sanidad y ayudas sociales) las quitan, cobren eso y, además, sean capaces de aceptar sobresueldos y demás medios de corrupción (para, total, jugar al Apalabrados en sus horas de trabajo).
También es triste que a nuestra carrera venga una "prestigiosa cirujana" de cirugía estética y reparadora, para convencernos de lo maravillosa que es la sanidad privada: es que claro, cuando tú eres la responsable de tu clínica, quieres esforzarte al máximo para dar lo mejor de ti a tus pacientes. Demasiadas veces nos insistió en: son mis pacientes, no mis clientes (ya sabemos que quien mucho reitera en algo, ni él se lo cree). Ese día salí de clases indignada porque me había dado cuenta de algo que hasta antes no había querido pensar: médicos que trabajen por el dinero, no por la satisfacción de salvar a una persona.
Y así
se mueve el mundo.
Triste.
Triste
pero cierto.
Pero,
¿qué pretendemos, si los que están a cargo de la educación de nuestros futuros
hijos (si es que los recortes nos dejan y no seguimos con 40 años sin trabajo y
viviendo en casa de nuestros padres) no tienen unos conceptos mínimos
(nuevamente sin generalizar) y aseguran que las gallinas son mamíferos? Me hace
pensar que más que la pasión por transmitir el conocimiento y formar a
personas, les ha atraído de esa profesión el tener una plaza fija tras unas
oposiciones con unas vacaciones envidiables.
Y así
se mueve el mundo, repito.
Aunque
este tipo de programas pueda ser criticado, aún se me ponen los pelos de punta
cuando pienso en el capítulo de Perdidos en la tribu (creo que se llamaba así)
cuando la tribu africana viene a Sevilla y pasan por las Setas, donde está la
mujer que se pone siempre en unos soportales, y la mujer africana no entendía cómo la
sociedad deja que esa persona (recordemos señores, es una persona como nosotros
pero que, por unas causas o por otras, ha tenido una vida sin ninguna comodidad
de la que nosotros disfrutamos día a día sin darnos cuenta) viva en la calle y
pase hambre, sin que nadie le ofrezca su casa. Aún me acuerdo de cómo le pedía por favor que se fuese con ella a su tribu porque, sin
sobrarles nada, todo lo que tienen lo comparte y así son FELICES.
Me
gustaría saber en qué momento de la historia se asoció la felicidad con el
dinero.
Acabo
con una frase de Nach en su excelente canción "El reino de lo absurdo":
“Veo reos
del desempleo sufren con razón la cruel globalización
y es
que quien no tiene enchufe es un bufón en este pseudo ,
donde Dios
tiene dos nombres: uno es Dólar otro es Euro .”
Y así
se mueve el mundo, señores;
y así
se mueve el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario