Destrozando el humo de un cigarro, echándoselo a la luna.
Tú con la boca entreabierta, los ojos bien cerrados.
Me arañabas en la espalda para agarrarte fuerte a mí y poder ir muy muy lejos.
Y así seguimos, mirando las estrellas bajo un techo cerrado.
Y en ese momento...
Me besas.
Me amas.

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