Eres mi suerte.

Después de él, supongo que dejé de confiar en el amor.
Olvidé eso de que "el amor es luchar por un sueño que nadie más ve".
Empecé a desconfiar de todos. Tenía miedo de entregarme por miedo a que me hiciesen daño. Una vez más.
Y así lo hice. Me encerré en mí misma, dando de mí sólo una pequeñísima parte.
Pero, de pronto, te encontré a ti, a mi vida. A mi amor.
Afortunadamente, desde el primer momento descubrí que contigo podía ser yo misma, entera, sin esconderme, sin temer nada. Podía ser feliz.
Porque me di cuenta de que me querías... y yo te amaba y estaba dispuesta a cualquier cosa por ser tu princesa.
Puedo decir que no tengo miedo de salir perdiendo, de que me hagas daño. Tengo muy claro que quien no arriesga, no gana y por ti pongo en juego absolutamente todo lo que tengo.