proverbio arabe

9 de diciembre de 2010

9 de octubre de 2010

Querido diario:
Hace hoy dos meses que escuché la frase más bonita pronunciada por esos labios que tanto deseo. Ese “¿quieres salir conmigo?” fue algo que siempre me habría gustado escuchar. ¿No es así como sucede en las películas? Pues yo quería que mi vida se convirtiese en tal, una película romántica de final feliz. Y así ha sido. Estos dos meses, han sido los dos mejores meses de mi vida. Él ha conseguido hacerme sonreír siempre e incluso me ha secado las lágrimas cuando corrían por mi mejilla buscando un lugar a donde ir a parar. Y ese lugar fue su mano. La misma mano que cada vez que me acaricia consigue que me sienta protegida, la misma mano que, cada vez que se une con la mía, me recuerda que nada ni nadie nos va a separar. Porque es cierto que ha habido momentos difíciles, pero no hay relación que no los tenga. Supongo que es una simple forma de hacerte entender cuánto necesitas a la otra persona; recordarte que sin ella no puedes vivir.
Sus "te quiero" sé que son sinceros, y cada vez que salen de sus labios, entiendo que es por él por quien sigo adelante, con la cabeza alta y una sonrisa en el rostro. Y es que cada una de las veces que nuestros labios se unen, aunque sea por unos segundos, siento esa sensación en la que no existe absolutamente nada a nuestro alrededor. Es absolutamente increible el poder de sus besos. Por otra parte, los extraño cada vez que no los tengo cerca y me tengo que conformar con el recuerdo de cada uno de nuestros besos.
Por otra parte, no son solo estos dos meses los que tanto he disfrutado a su lado. Incluso antes, ya sentía ese cosquilleo en el estómago cada vez que hablaba con él y ese miedo a separarme de él cada vez que teníamos que despedirnos. Tenía miedo de perderlo pero, por el contrario, sabía que no me dejaría. Y lo sigo pensando. Sé que él quiere lo mejor para mí, al igual que quiero yo para él. Realmente, han sido increibles estos momentos en los que he sabido que podría contar con él ya que él ha sido mi mayor apoyo en los momentos difíciles por los que he pasado.

Otra cosa que recuerdo como si acabase de pasar, fue ese viernes, ocho de octubre; nuestro primer beso. Fue algo realmente increible. Estuvimos toda la tarde juntos y, cuando todos se habían ido, estuvimos juntos, no sé cuánto tiempo, pero aseguro que me pareció demasiado poco. Estaba demasiado preocupada temiendo el momento en el que tuviesemos que separarnos de nuevo. Y, entonces, nos besamos. Recuerdo perfectamente aquella preciosa sensación que me permitió volver a creer en el amor, sintiendo el corazón tremendamente acelerado gracias a él.


Porque, querido diario, le quiero más que a nada en este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario