proverbio arabe

20 de agosto de 2015

Soundtrack: la musa y el espíritu

En algún lugar de mi habitación hay un montón de cartas que me han mandado y pienso que nunca serán suficientes. Hay un montón de cartas y hay una que tengo a medio escribir, pero ya nadie quiere recibir, así que escribo poco a poco para no tener nunca que cerrar el sobre, pero tampoco tener que tirar.
Hay una carta que no acaba y una carta de alguien que dice que está en el cielo, pero que no está muerto y yo me pregunto cómo puedo estar tan segura. Luego alguien dice tenía un buen motivo, de verdad, créeme, y quiere que le creas, pero no sirve de mucho porque todo en lo que puedes creer es en los puentes y en aviones, y en esas cosas de las que escriben los escritores a los que no quieren que leas porque dicen que te ponen triste, dicen que te pone triste un escritor al que jamás conocerás y en cambio no piensan en quien dice que está arriba, o en quien habla de piedras y tejados de casas que no conoces. De esos nadie me prohíbe leer, porque todos sabemos que ni siquiera las cartas dicen la verdad. Y es que Van Gogh se cortó una oreja, se cortó una oreja que regaló a una puta y esta después tiró a la basura. Bukowski escribió un poema sobre la oreja de Van Gogh que nadie quiere que lea. Y yo tengo montones de cartas y ninguna dice lo que quiero que diga.

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