Han regado el césped del parque y huele a tierra mojada y a resaca.
Camino hacia el oeste como quien busca el principio del arcoiris.
Si sólo pudiese andar lo suficientemente rápido, nunca terminaría de ver anochecer.
Suena "veo amanecer abrazado a una botella que no ha conseguido que me olvide de ella".
Ahora los sábados siempre saben a domingo.
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