Te escribo para informarte
de que te acabo de declarar la guerra.
La única condición
es no parar de guillotinar.
Quiero que luches en mi bando
para que acabes conmigo
y puedas colgarte esa estrella.
Así, desde el suelo,
claros derrotados a los ojos
de la gente,
nos proclamaremos
vencedores,
que no vencidos por esta
locura.
Y así, con no más uniforme
que esta sonrisa torcida
que refleja nuestra ya conocida
condena compartida,
demostrar que hemos ganado ambos
gracias a nuestras ganas
de volver a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario