proverbio arabe

10 de agosto de 2014

Allí la tenía, temblando y llorando desconsoladamente, sin el menor cuento. Era terrible.
Las sábanas se habían caído y me fijé en su espalda. Sus omóplatos asomaban como si quisieran convertirse en alas, atravesando la piel. Pequeñas cuchillas. Estaba  indefensa.

-Cartero. Charles Bukowski.

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