Podría quedarme a vivir en Lisboa, porque aquí las casas 
están en ruinas, 
pero no terminan de 
derrumbarse. 
Cada desconhón de las paredes 
es una historia 
y yo quiero conocerlas todas.
Las grietas en los cimientos 
saben a victoria
y cada arañazo en las puertas
y cada cristal roto
son símbolo de reivindicación.
También podría vivir aquí 
porque por las calles hay pintadas
con un cartel arriba que dice
"patrimonio municipal".
Todas las fotos que hago aquí 
llevan el filtro "decolorar"
y eso me gusta, 
porque así los colores 
los podemos poner tú y yo
a base de risas.
Que, por cierto, me he comprado,
por ser una más y hacer que 
quien quiera saber 
que no soy normal
tenga que poner de su parte,
unos zapatos negros
con flores rosas, 
que no marchitan,
que no marchitamos,
con plataforma, 
para estar más cerca de ti,
para ser Luna
con ponerme de puntillas.
Porque aquí, de vivir,
viviría siendo Luna,
porque por las noches aquí 
hay música en la calle
y así es más fácil
sonreír 
a pesar de tener
mirada de niño maltratado.
Aunque, más que vivir,
podría quedarme aquí 
a morir,
porque los ojos aquí 
son tan verdes
que tienen que decir la verdad.
Pero si elijo vivir,
ya sabes:
nos encontramos todos los días 
después del atardecer 
que nos mate, 
miocito a mocito,
esto a lo que la gente llama
corazón.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario