No me gustan tus mentiras porque son moscas pegajosas sobre mi boca así que tengo que quedarme callada por miedo a tragarme una.
No me gustan tus excusas porque se hace de noche y a mí me da miedo no ver.
Y es que aún no lo sabes pero una vez me estuve tan callada, que te oí reírte de mí con la mirada.
Pero ya no puedo morir por ti, porque las resurrecciones sólo son para la gente buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario