Me hablas de un cielo religioso en el que todo hombre debería querer vivir.
Me describes el olor de las nubes, el calor de allí arriba (como si no supiese que la temperatura a esa altura es glaciar).
Tratas de explicarme eso que algunos propusieron definir como paraíso, aunque no se te da demasiado bien.
Comprendes la muerte como la meta de nuestra vida para poder alcanzarlo, como si existiese una segunda vida (y es que yo sé que no todas las segundas oportunidades existen).
Tratas de explicarme eso que algunos propusieron definir como paraíso, aunque no se te da demasiado bien.
Comprendes la muerte como la meta de nuestra vida para poder alcanzarlo, como si existiese una segunda vida (y es que yo sé que no todas las segundas oportunidades existen).
Yo te replico que conozco uno mucho más real, alcanzable con sólo alzar la vista.
Un cielo que quema igual que te moja.
El paraíso aquí no sólo existe, sino que te puedes perder en él, en unos ojos tan azules que sabes que son el cielo en sí porque no tienen otra explicación.
Este cielo duele un poco más, a veces te hace sangrar por dentro, pero te cura con tanta suavidad que no te importaría morir lentamente en sus sus brazos si después te resucita.
Porque aquí no resucitamos con milagros, aquí lo hacemos por palabras.
En este cielo también hay banda sonora pero no tiene de fondo arpas, sino una voz ronca como la de Marea y unos acordes de guitarra propios de Extremoduro.
Un cielo que quema igual que te moja.
El paraíso aquí no sólo existe, sino que te puedes perder en él, en unos ojos tan azules que sabes que son el cielo en sí porque no tienen otra explicación.
Este cielo duele un poco más, a veces te hace sangrar por dentro, pero te cura con tanta suavidad que no te importaría morir lentamente en sus sus brazos si después te resucita.
Porque aquí no resucitamos con milagros, aquí lo hacemos por palabras.
En este cielo también hay banda sonora pero no tiene de fondo arpas, sino una voz ronca como la de Marea y unos acordes de guitarra propios de Extremoduro.
Llámame loca, pero yo no cambio el cielo de mis fotos ni por todos los años de eternidad en tu paraíso.
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