proverbio arabe

7 de diciembre de 2013

Soundtrack: pájaro azul


Pensé en las rupturas, lo difíciles que eran, pero normalmente sólo cuando rompías con una mujer podías encontrar otra. Tenía que probar mujeres para llegar a conocerlas bien, entrar en ellas. Podía inventarme personajes masculinos porque yo era uno, pero las mujeres para mí eran casi imposibles de ficcionalizar sin antes conocerlas. Así que las exploraba lo mejor que podía y encontraba dentro de ellas seres humanos. Entonces me olvidaba de la literatura, el hecho de escribir se quedaba en segundo término y a mí me poseía el episodio en sí. Cuando se acababa, la literatura era el residuo que quedaba de ello. Un hombre no necesitaba tener una mujer para sentirse real, pero no estaba mal conocer unas cuantas. Así, cuando el asunto se ponía mal, podía sentir lo que de verdad significaba sentirse solo y enloquecido, y así podía saber qué es lo que debería aportar cuando llegase el propio final.

Yo era sentimental respecto a muchas cosas: unos zapatos de mujer bajo la cama; unas horquillas olvidadas; la manera como decían «Voy a hacer pipí»...; cintas de pelo; pasear por el bulevar con ellas a la una y media de la tarde, sólo dos personas caminando juntas; las largas noches bebiendo y fumando, hablando; las discusiones; los pensamientos de suicidio; comer juntos y sentirse bien; las bromas, la risa saliendo de ninguna parte; sentir milagros en el aire; estar juntos en un coche aparcado; comparar pasados amores a las tres de la madrugada; que te dijeran que roncabas, oírlas roncar; madres, hijas, hijos, gatos, perros; algunas veces la muerte y otras el divorcio, pero siempre yendo adelante, siguiendo a través; leyendo a solas un periódico y comiendo un triste sándwich sintiendo náuseas porque ella ahora estuviese casada con un dentista tartamudo; hipódromos, parques, picnics; incluso cárceles; sus estúpidos amigos, tus estúpidos amigos; tu bebida, sus bailes; tus flirteos, sus flirteos; sus píldoras, tus polvos con otras personas y ella haciendo lo mismo; dormir juntos...


-Mujeres,  Charles Bukowski

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