PRÓLOGO:
"Después de estudiar con cuidado este caso ejerciendo a la vez de fiscal y abogado, de juez imparcial, sentencio lo nuestro diciendo que el fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás."
REGLA NÚMERO UNO:
En este mundo reina la ley del más fuerte: tú, la más inestable, vas a ser pisoteada por todo y todos.
Recuerda: "protégete en todo momento".
REGLA NÚMERO DOS:
Nunca nada es distinto; siempre la misma historia.
No existe princesa, ni Belice, ni ángel ni esperanza: existe la mierda de todas las veces; no te dejes engañar por cambiarle el nombre.
REGLA NÚMERO TRES:
Recuerda que, cuanto más des, más difícil será perder.
Cuenta sólo lo necesario. Para abrirse, ya están los libros.
REGLA NÚMERO CUATRO:
Nadie, repito, nadie, va a acabar la relación sin defraudarte. Así que no esperes nada de nadie.
Unas buenas noches bonitas las puede dar cualquiera.
REGLA NÚMERO CINCO:
Todo el mundo miente. Y lo sabes.
REGLA NUMERO SEIS:
Ni los finales felices existen, ni las segundas oportunidades son mejores. Al menos para ti.
REGLA NÚMERO SIETE:
Tu soledad sólo te importa a ti.
No regales tu tiempo a quien no pueda ofrecerte siquiera una sonrisa.
REGLA NÚMERO OCHO:
Deja de hacerte la fuerte y rómpete tantas veces como necesites.
Pero recuerda: partirse en dos significa empezar la siguiente vez desde la mitad.
REGLA NÚMERO NUEVE:
No enseñes tus heridas de guerra; les estás regalando tus puntos débiles.
REGLA NÚMERO DIEZ:
Sabiendo que ésta es la única forma de poder escribir, acércate a los que tengan cara de ángel, pues son los que más daño hacen.
NOTA DEL AUTOR:
Recuerda dar las gracias a quien te hizo romperte en mil pedazos por conseguir que te desangraras en palabras.
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