Aún sabiendo que nadie lo va a leer.
(Ni siquiera tú)
Hoy he visto (por, creo, sexta vez) Elizabethtown.
No sé cómo puede gustarme tanto esta maldita película.
Y, lo más importante, cómo puede hacerme llorar tanto.
Cada vez que la veo. No falla.
"No deberías ser la sustituta de nadie".
Y, en cambio, no he dejado nunca de sentirme así.
Con todo.
Con todos.
[Soundtrack: Elton John- My father's gun]
Porque yo también quiero poder tener una conversación con la que me duela la oreja de tanto hablar por el móvil.
Y no dormir.
Y ver juntos amanecer.
Pero es que "no me gusta hablar por teléfono".
Y qué culpa tengo yo.
"Te mereces alguien que te diga que no imagina un mundo sin ti."
Y todo me queda grande.
Y mi mundo es enorme;
Pero tan pequeño...
Les das tu vida y pretendes que hagan lo mismo.
Pero nunca seré la chica del gorro rojo.
O, simplemente, seguirás la ruta planeada.
"Haz que se pregunten por qué sigues sonriendo."
Cuántas veces me has visto llorar.
Y ya no sé ni a quién le escribo.
Ni de quién soy sustituta.
Ni dónde está Ben.
"Ningún auténtico fiasco ha sido producto de una búsqueda de la suficiencia. Un lema de los comandos británicos es: "Aquellos que arriesgan, ganan". Un simple sarmiento verde es capaz de crecer sobre el cemento. El salmón del pacífico boreal sufre golpes hasta sangrar en su empeño de viajar 100 km rio arriba, contra la corriente, con un único propósito: el sexo, por supuesto.
Pero también la vida."
Yo quiero mi ruta en coche.
Y probar el mejor chili del mundo.
Y que en el segundo mercado medieval más grande del mundo, en la calle del segundo mercado medieval más grande del mundo, haya alguien esperándome.
Y si no lleva un gorro rojo,
al menos que vaya vestido de negro.
Qué duro fue descubrir que tiritabas entre mis brazos...
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