proverbio arabe

2 de mayo de 2013

Te consumías como mi cigarro; me quemabas como el fuego.






Tú siempre fuiste la llama del mechero que enciendes en un portal desconocido.
Ni manos, ni cuerpo, evitarán que se apague. 
Y te apagaste. 
Pero yo nunca he fumado.

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