proverbio arabe

13 de marzo de 2012

Te cambio tres cromos por mi casco de soldado.

Este gran rey en su casa no era más que un diminuto juguete en el campo de batalla.
Cambió sus juguetes infantiles por un arma, su sonrisa ingenua por una mueca de seriedad.
Todas las mañanas su madre le besaba en la cabeza mientras susurraba unas oraciones deseando poder cambiar sus puesto, que él se quedase en casa preparando la comida. Y ella allí, fría, sola, peón de alguien que se consideraba tan importante que no le importaba colocar a este pequeño soldado a cambio de poder estar él en casa con los suyos al calor de la chimenea. 
Pero él no entendía nada.
¿Cómo se le explica que la guerra no es como sus juegos sin maldad en el que las vidas no se agotan? ¿Entendería que por mucho que grite "tiempo en pausa" los disparos no cesarían ni un momento? ¿Comprendería que en este ámbito el "por mí y por todos mis compañeros" no tenía sentido?
Pelear por ideales. ¿Es que un niño de doce años tiene ideales? El lucha porque le parece un juego, porque le ha sido impuesto. Porque quiere vivir.
Pero esta vez, este pequeño soldado no ha ganado la partida . Y ahora, ¿quién le explicará a la madre que no habrá revancha?

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