Y cuando te vayas, enrolla el cielo, descuelga la luna y arranca cada una de las estrellas.
Trocéalo todo en pedacitos pequeños -no como nuestro amor- y guárdalo en un lugar seguro, más tuyo que mío. ¿Qué te parece mi corazón?
En aquellos momentos en los que me sienta sola o, simplemente te eche más de menos de lo normal, abriré ese cofre y con las manos de mi alma haré el puzle de recuerdos.
¿Crees que será suficiente?
Claro que no.
Pero no soportaría ser el único personaje rodeada del decorado de nuestra escena.
Nuestra escena de amor.

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