Un dia tuve un sueño; el ser una heroína para el mundo.Empezó pareciéndome imposible, pues mi importancia es insignificante.
Después comprendí que bastaba con ayudar a los de mi alrededor, con estar ahí en todo momento, por si alguna vez me necesitaban.
Y así lo hice.
Me colgué mi espada, cogí mi escudo.
Agarré el poco valor que tenía y fingí quererme a mí misma.
Todo parecía ir perfecto; ganaba cuantas batallas como me proponía.
Pero, un día, me tocó enfrentarme contra el peor de mis enemigos.
Me encontré delante de un espejo y ahí nada me servía.
Ni escudo, ni espada, ni valentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario