No existe el destino.
Todo se consume en el fondo de una bañera de acogedora agua tibia.
Apacible, como el fin de esta vida.
Porque el dolor al llegar a la muerte es duro, pero sólo dura un momento.
Todo se consume en el fondo de una bañera de acogedora agua tibia.
Apacible, como el fin de esta vida.
Porque el dolor al llegar a la muerte es duro, pero sólo dura un momento.
El otro, en cambio, dura para siempre.
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