
Me detuve por un momento en sus ojos y pude ver en ellos un océano entero.
Pero no un océano de agua turbia, ni siquiera cristalina.
Era un océano de luces, de estrellas fugaces; de sueños y deseos.
Pero no un océano de agua turbia, ni siquiera cristalina.
Era un océano de luces, de estrellas fugaces; de sueños y deseos.
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