proverbio arabe

12 de junio de 2011

Síndrome de abstinencia.

La cara le arde pero, por otra parte, siente un gran escalofrío recorriendo todo su cuerpo.
Aprieta con fuerza sus puños intentando evitar, aunque en vano, un fuerte temblor de pies a cabeza. La ansiedad está a punto de terminar con su fuerza de voluntad pero tiene que ser fuerte y superar esta prueba. Desgraciadamente este es sólo el principio y la próxima vez el reto será aún mayor: le separarán del entorno al que está acostumbrada para sumergirle en un mundo lleno de tentaciones durante más tiempo, donde querrá recurrir indudablemente a su droga. Pero no puede. Prometió ser fuerte y eso tiene que hacer. Una promesa es una promesa y, por tanto, tiene que cumplirla al igual que todas las que a él le ha hecho. Coge la cerveza del suelo y le da un buen trago mientras, con la otra mano, saca la cajetilla de cigarros para encender uno de ellos con una profunda calada
Ya no puede más. La espera le está matando y le encantaría romper la promesa pero sabe que no debe hacerlo o, de lo contrario, jamás se lo perdonaría a sí misma.


Puto síndrome de abstinencia.


Necesita una dosis de algo fuerte, de todo lo que le rodea. Si lo hiciese nadie tendría que enterarse. Pero ella misma lo sabría y para ello eso es más que suficiente para suponer un castigo a cumplir durante un largo futuro. O quizás no tan largo.Tantas cervezas se le empiezan a subir a la cabeza pero ni siquiera eso le parece bastante.Abre otra cerveza más y desea que esto le sea suficiente por el momento.




Aunque sabe de sobra que no lo será.

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