
Cuando eramos pequeñas escuchábamos aquellos cuentos de Disney en los que acudía un príncipe azul para salvar a la bella princesa.
Poco a poco vamos creciendo y nos vamos dando cuenta de que ese príncipe azul no existe.
Pero llega un momento en tu vida en el que llega un príncipe.
No es exactamente igual que los retratados en los cuentos. No viene galopando en un corcel blanco, no viste con ropas de seda ni lleva una espada en la cintura.
Pero sí que tienen cosas en común. Es igual de guapo o más. Viene a salvarte en el momento en el que más lo necesitas con una sonrisa. Te hace sentirte como una princesa a su lado. Su amor es auténtico y no te dejará nunca.
Y sobre todo, tiene los ojos azules.
Pero llega un momento en tu vida en el que llega un príncipe.
No es exactamente igual que los retratados en los cuentos. No viene galopando en un corcel blanco, no viste con ropas de seda ni lleva una espada en la cintura.
Pero sí que tienen cosas en común. Es igual de guapo o más. Viene a salvarte en el momento en el que más lo necesitas con una sonrisa. Te hace sentirte como una princesa a su lado. Su amor es auténtico y no te dejará nunca.
Y sobre todo, tiene los ojos azules.
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